Lo que Dios ordena hacerlo prontamente

“Todo lo que es mandado por el Dios del cielo, sea hecho prontamente…” (Esdras 7:23). Las disposiciones del Señor celestial expresan su voluntad para que la persona obedezca y lo haga prontamente, enseguida, con prontitud, esto es, emplear el menor tiempo posible estimado como normal en ejecutar una cosa, tarea o labor.

El verbo mandar hallase conjugado en pretérito perfecto compuesto (Yo he mandado) por lo que podríamos decir: “Todo lo que Yo he mandado, sea hecho prontamente”. Intentaremos algunas preguntas: ¿Por qué el Dios celestial al mandar realizar algo quiere que ejecutemos sin dilación alguna? Debido a conocernos profundamente, al fin, somos creación suya. Sabe que demoraremos en acatar sus decretos, sus ordenanzas, o bien porque seremos presa del ocio o pospondremos para otro día u otro rato. ¿Por qué no esperar un momento más? En virtud de haber cosas que demandan premura, prontitud, sin desperdiciar tiempo, es algo urgente como aquella persona accidentada gravemente cuya vida oscila entre la vida y la muerte necesitada de asistencia médica inmediata. Al haber demora en el traslado en ambulancia o en la zona de emergencia, a la revisión del galeno de turno, quien ordena su inmediata hospitalización existiere pérdida de minutos, el accidentado puede morir. Por tanto, actuar prontamente salvará la vida.

Revisemos lo que el bondadoso Dios nos pedido hacer y no hemos acatado, al contrario, pérdida valiosa de minutos, horas, días o semanas. El tiempo se ha escurrido de entre las manos, no estimamos que éste es muy preciado y lo permitimos escapar, o es escaso, se acorta. Los resultados dependerán de como actuemos en nuestro vivir diario.

Otras versiones bíblicas respecto a la cita dicen: “Todo lo que ordene el Dios del cielo debe ser cumplido con esmero” (Biblia Latinoamérica); “Todo lo que es mandado por el Dios del cielo, sea hecho prontamente” (Biblia de Liderazgo); “Todo lo que ha ordenado el Dios del cielo … háganlo de inmediato” (Nueva Versión Internacional); “Todo lo que es mandado por el Dios del cielo, sea hecho prontamente…” (Biblia Devocional de Estudio); “Todo lo que es mandado por el Dios del cielo sea hecho diligentemente..” (Biblia de Estudio del Expositor); “Tengan cuidado de entregarle de inmediato todo lo que su Dios ha ordenado” (Biblia para Todos)”, entre otras, muy cercanas al título de esta enseñanza tomada de la versión Reina Valera de 1960.  

Observe usted que son conexos los términos empleados en la disposición o precepto de Dios en cuanto lo que Él ordenare debe ser hecho prontamente, de inmediato, diligentemente, con esmero. ¿Por qué? Debido a contener un mandato terminante del Todopoderoso Señor de los cielos. Es verdad que las citas bíblicas aluden a entregar inmediatamente “para su templo” lo concerniente a éste.

El Dios Trino no se queda en los límites del templo, aplica a todo -y lo que es todo para Él es todo- v.gr.: si manda a ayunar a sus hijos por veintiún días solo con agua, hay que obedecerle sin dilación, demora o retraso. Es ¡ya! ¡ahora!

Enseñanzas:

  • Todo lo que el Dios glorioso dispusiere, pidiere, hay que hacerlo prontamente, sin dilapidar el tiempo insensatamente. El siervo sabio lo ejecutará en seguida. En Génesis 24:46, ubicamos este pasaje: “Y bajó prontamente -Rebeca, quien sería esposa de Isaac- su cántaro de encima de sí, y dijo: Bebe, y también a tus camellos daré de beber…”; “Entonces Jehová dijo a Josué: Extiende la lanza que tienes en tu mano hacia Hai, porque yo la entregaré en tu mano. Y Josué extendió hacia la ciudad la lanza que en su mano tenía: Y levantándose prontamente de su lugar…” (Josué 8:18-19); 
  • “Y la mujer -esposa estéril de Manoa, a quien el ángel de Jehová la había ofrecido un hijo: Sansóncorrió prontamente a avisarle a su marido… “lo dicho por el ángel. (Jueces 13:10); “Y cuando Abigaíl vio a David, se bajó prontamente del asno, y postrándose sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra” (1 Samuel 25:23); “Yo Darío he dado el decreto; sea cumplido prontamente (Esdras 6: 12); “Y la doncella agradó a sus ojos, y halló gracia delante de él, por lo que hizo darle prontamente atavíos y alimentos…”; “Entonces Arioc llevó prontamente a Daniel ante el rey…” (Daniel 2:25); “Entonces ella – Salomé, hija de Herodías- entró prontamente al rey, y pidió en un plato la cabeza de Juan el Bautista” (Marcos 6:25); “Y le vi que me decía: Date prisa, y sal prontamente de Jerusalén -Ananías a Saulo/Pablo” (Hechos 22:18)
  • Prontamente del hebreo “majár”, apresurarse, apurarse, diligente, diligencia, presuroso, prisa. “Mejerá”, inmediatamente, apresuradamente, prisa, velozmente; “osparna”, diligentemente, puntualmente; “bajal”, apresurar, darse prisa; “dakjáf”, urgir, instar, apremiar; “adrazda”, rápida o cuidadosamente. Del griego “spoudé”, velocidad, rapidez, prisa, con solicitud, con diligencia; y, “spéudo”, acelerar, urgir o instar (diligente o fervientemente), esperar con ansia, apresuradamente, dar prisa, prontamente.
  • Lo enseñado por el maestro de Galilea respecto a lo que Él mandare hay que hacerlo prontamente, adverbio éste que, como parte de la oración, puede modificar, matizar o determinar un verbo o a otro adverbio. No acatar esa ordenanza, desembocará inexorablemente en pérdida de tiempo, tiempo muy valioso, escaso, que no podemos festinarlo, de inmenso y mejor y mayo valor que antaño, pues, los tiempos se acortan, disminuyen. El haragán, el ocioso, el acomodado, no será parte de las huestes de Jehová.
  • ¿Recuerda lo que dijo Jesús al centurión romano que ni aun en Israel había hallado tanta fe como en éste? (Mateo 8:6-10) Le dijo: “Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. Y Jesús le dijo: Iré y le sanaré. Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace”. Al oírlo Jesús, se maravilló”.  
  • En palabras nuestras y entendibles, el centurión ordenaba a sus soldados ir, e iban; venir, y venían; hacer esto, y lo hacían. ¿De qué manera? Prontamente, inmediatamente, apresuradamente, diligentemente, esmeradamente, sin perder tiempo como queda anotado en las citas bíblicas, y al mandato de Dios de observar la prontitud en la la ejecución de lo prescrito.  
  • Verdad es que Jesús se maravilló por la fe del centurión en contraste a la actitud de los judíos religiosos, aferrados a sus tradiciones, al extremo de no aceptar a Cristo y su nuevo mensaje, militar del ejército romano que tenía bajo su mando unos cien soldados, odiados éstos por los judíos debido a su tiranía y desprecio. A más de ser gentil, avergonzó la piedad represada de los tantos judíos, líderes religiosos. Otros gentiles seguirían su ejemplo y entrarían en el reino de los cielos (v. 11), en tanto, muchos judíos serían excluidos (v. 12).