“Tú me dejaste, dice Jehová; te volviste atrás; por tanto, yo extenderé sobre ti mi mano y te destruiré; estoy cansado de arrepentirme” (Jeremías 15:6).
Dios en varias ocasiones había querido destruir a su pueblo y se volvió atrás; ahora, se le acabó la paciencia y no los aguantará más. Su propio país los expulsará y a punto está de acometerlo, “Aunque los aventaré con aventador hasta las puertas de la tierra”. (v. 7). En 13:24. “Por tanto, yo los esparciré al viento del desierto, como tamo que pasa”. 5:12. “Negaron a Jehová, y dijeron: Él no es, y no vendrá mal sobre nosotros, ni veremos hambre ni espada”, en alusión a los falsos profetas que negaron a Dios al contradecir el mensaje de Jeremías en cuanto el mal no los alcanzaría. 6: 11. “Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová, estoy cansado de contenerme”. 6:19. “Oye, tierra: He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon mis palabras, y aborrecieron mi ley”. 7:24: “Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante”.
El primer pasaje -15:6- estar cansado de arrepentirse, luce como lenguaje antropomórfico (con forma o apariencia humana). Desde la óptica humana, Dios aparece como de opinión cambiada, aunque debemos recordar que los innumerables pronunciamientos proféticos tienen tinte condicional, Jehová castiga solo si la gente no responde, y le ofrece una última oportunidad a fin de evitar el juicio prometido.
Cansado, del hebreo laá, cansar, estar (o hacer) disgustado, reanimar, desalentar, fatigar, molesto, no que Dios se “canse” como el humano, se agote o fatigue; está hastiado, fastidiado por el comportamiento de su pueblo. Parecido texto en Malaquías 2:17. “Habéis hecho cansar a Jehová con vuestras palabras”. Igual, del hebrero yagá, estar exhausto, cansar. En Isaías 43:24 los pecados de Israel habían cansado a Dios, “… me fatigaste con tus maldades”.
“¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado – cansado– estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos”. Para ser aceptado el sacrificio debía representar una devoción sincera. Isaías declaró que Dios estaba cansado, harto de animales ofrecidos hipócritamente. Si bien es verdad que los sacrificios fueron ordenados por Él como vía para alcanzar el perdón de los pecados, Isaías no se opone a los sacrificios, la oración, el servicio colectivo y el holocausto de sangre, si condena los homenajes formales y el culto vacío no acompañado de justicia social y auténtica devoción. Cierto es que su santidad demandaba sangre para la purificación, empero la meta de su pacto se circunscribía a una relación correcta con el pueblo suyo (Isaías 1:11).
David, el rey de Israel evidenció este entendimiento en el Salmo 51 al señalar que el deleite de Dios no radicaba en los sacrificios de animales sino en un corazón contrito y humillado, pues su meta al pactar se cimenta en una relación correcta no en meras ceremonias y sacrificios. De consiguiente, los sacrificios sin el genuino anhelo de establecer una correcta relación con Él pervierten el verdadero propósito del sistema de sacrificios, inaceptables para con el Señor, al extremo de llevarnos a “cansarle”, de “hastiarle”. Hay que considerar que lo supremo en los sacrificios de sangre es la actitud del corazón.
El tiempo de cansancio para Dios ha llegado, los tiempos finales han llegado en que se cumplirá su Palabra, lo dicho o lo hablado por Él en Mateo 24.4,14. “Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe”. “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio de las naciones; y entonces vendrá el fin”. El Señor vinculó el testimonio del evangelio por todo el mundo con su Segunda Venida, texto que se circunscribe a anticipar el futuro ministerio: “Será predicado este evangelio” que encierra la declaración del mensaje de la gracia sobre el perdón de pecados y el poder de salvación, luego, el escenario en que se evangelizaría “a todas las naciones” incluyendo a todos los grupos humanos; y, la certeza de que las “señales darían testimonio” (Ver Marcos 16:15-20) de la resurrección en Cristo y de su poder para salvar y sanar.
Las palabras de Jesús el Señor expresan los deseos del Padre respecto a las naciones del mundo; sin embargo, Dios tiene cuidado de todos los pueblos. Cristo murió por cada persona; mas su Palabra es para cada nación hasta que llegue “el fin”.
Enseñanzas:
- David, bajo iluminación del Espíritu Santo, precisó: “La suma de tu palabra es verdad” (Salmo 119: 160). Todo en Él es verdad, similar en 139:17: “¡Cuán preciosos me son, oh, Dios tus pensamientos! Cuán grande es la suma de ellos”, y dar a entender que la Palabra de Dios es un todo, un conjunto, no parte por parte. A ello obedece que citemos varios pasajes de las Sagradas Escrituras que, adicionados, ofrecen mayor claridad. La verdad de Dios la integra varias partes, fragmentos o porciones.
- En las citas anteriores, encontramos: “cansado estoy de arrepentirme (Jeremías 15:6); “cansado de contenerme” (6:11); “habéis hecho cansar a Jehová” (Malaquías 2:17); y, “hastiado -cansado- de holocaustos de carneros” (Jeremías 1:1) en la comprensión de estar agotado, aburrido, extenuado, fatigado, no porque el Señor se “canse” al igual que el humano, a fin de entender que en esta época Dios se ha “cansado” de nuestra desobediencia, del desamor, de la falta de perdón, de la ausencia de oración sostenida, de haber dejado un lado el estudio de su Palabra, de vanos sacrificios de alabanza, de habernos marginado al no congregarnos, y otros mandamientos y ordenanzas de Yahvé.
- Se intenta por varios medios agradar al Dios de amor con trivialidades como las que contemplamos diariamente en su pueblo, circunscritas no solo a su iglesia, también en el diario caminar marginados de Él. Dijo Jesús: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15); “Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19). Se refirió a todo su pueblo, no solo a los pastores, ancianos, evangelistas. A todos.
- Los corazones se han endurecido, se han cauterizado al igual que en Sodoma y Gomorra, corazones que buscan el placer, corazones que no buscan a su Dios, corazones que únicamente piensan en lo suyo, egoístas, malvados, perversos, corazones envanecidos. A todo esto, obedece la expresión del Señor: ¡Cansado estoy! ¡Cansado estoy! Aun de su pueblo que de labios le adora, que de labios solamente ora.
- Piden y piden al Altísimo Señor, mas en lo profundo del corazón no se le honra. Él conoce el corazón de su pueblo porque conoce el corazón del hombre. La pregunta es: ¿A dónde lleva el incumplimiento de los decretos divinos como el de predicar, de hacer discípulos, de ser instrumentos en su mano para que salve almas e impedir que se vayan al infierno? Convencido estoy que Jesús contabilizará las almas salvadas de ese lugar de tormento y fuego por medio nuestro, no vanas obras.
- Muchos mueren y morirán. Hay millones y millones que deben aun morir, sin embargo, el corazón del hombre es duro, el corazón del hombre no se arrepiente y no le busca. Parece insuficiente lo que el mundo ha atravesado con dificultades en la economía a nivel global, la pandemia del Covid-19, enfermedades catastróficas, depredación de la creación divina por la intervención agresiva y demoledora del hombre en mares, bosques, montañas, ríos, glaciares, explotación desmedida de pozos petroleros, de yacimientos auríferos, tala indiscriminada de árboles, degradación de los sistemas de riego y más daños. Thomas Hobbes, filósofo inglés, en su tesis doctoral, anotó: “El hombre es lobo para el hombre”. Cuánta verdad.
- El hombre sigue y sigue en la idolatría, en la mentira, va tras sus propios deseos, avanza en su propio egoísmo; no obstante, mayor dolor, mayor castigo, aun cosas más duras y difíciles vendrán para que el corazón del hombre se doblegue al igual que el corazón de faraón en que El Dios todopoderoso intervino una y otra vez y, nuevamente, ese corazón endurecido obedeciera lo que le pedía cumplir.
- Ante ese panorama, el Señor y Dios está cansado, hastiado, agotado con el corazón del hombre, con sus actitudes, su comportamiento, su caminar errático, su desvergüenza, el tedio. Jesús, afirmó: “Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero y no sacrificio” (Mateo 9:13). “Y si supieseis que significa: Misericordia quiero y no sacrificio, no condenarías a los inocentes” (12:7). Jesús, repitió a los fariseos las palabras que los judíos habían escuchado tantas y tantas veces (1 Samuel 15:22-23; Salmo 40:6-8; Isaías 1:11-17; Jeremías 7:21-23; Oseas 6:6). Por tanto, la actitud de nuestro corazón hacia Dios es muy importante antes que regulaciones y rituales religiosos.}
- La ira de Jehová está sobre la creación por tanto y tanto pecado, rebeldía, empezando por su pueblo, aun para aquellos que dicen ser pastores, profetas que solo anhelan estar en escenarios, recibiendo grandes cantidades de dinero y pastoreando grandes iglesias.
